Bristol-Myers Squibb es una gran farmacéutica que analizamos en El Inversionador a finales del año pasado, y que desde entonces ha visto como su cotización caía un 48%. Está por debajo los niveles de la pandemia de 2020, así que como inversor a largo plazo es el momento de determinar si es hora de vender o adquirir acciones en base el dividendo de Bristol-Myers.
La empresa desarrolla medicamentos para el tratamiento del cáncer, enfermedades cardiovasculares, hepatits, enfermedades inmunitarias y para trastornos psiquiátricos y neurodegenerativos.
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La caída en su cotización se debe a varios factores, como la adquisición de Karuna Therapeutics, que vuelve a dejar la compañía con un nivel de deuda desproporcionado. A finales de 2023, BMY había rebajado la deuda de 6 veces a 3,3 veces EBIT, sin embargo con $13b más de deuda emitida este año, volvemos a estar a casi 6 veces. Son unos $48 mil millones de deuda neta para un EBIT de alrededor de $8b.
La deuda vuelve a sobrepasar ratios normales
Este es sin duda uno de los motivos principales. A pesar de que para entender este tipo de negocio, es importante ser flexible con la deuda, este nivel puede suponer un riego financiero si no acompañan los resultados.
Afortunadamente, Bristol-Myers Squibb tenía un calendario de pagos realmente bueno a finales del año fiscal de 2023; primero porque no había ningún año con un pago de más de $3b y, segundo, por un tipo de interés muy razonable.
Lo que más ha cambiado es el tipo, ya que para los $13b les han metido un 5,3%, lo que es alto. Aclarar que en el gráfico falta la deuda +2034, unos $15b, pero también muy bien repartida hasta 2063.
Con todo, siendo 6 veces EBIT, no hay deuda buena.
Sin embargo, saber que el año más complicado es 2029, con $4,1b, en una empresa que genera los últimos 10 años de media, $8,1b de flujo de caja libre, es muy tranquilizador. Y es que el flujo de caja libre de Bristol-Myers Squibb ha llegado cada año a los $12b desde 2020.
El coste de la deuda
Los intereses de la compañía son estos últimos 12 meses del 18% del beneficio operativo de la empresa. Esto no es del todo malo, dado que no llega al 20% que ya se empieza a comer demasiado el beneficio neto de la compañía.
Desde la adquisición de Celgene pues ya vemos la tendencia, eso sí. Con tanta deuda es inevitable, con lo que es importante que no aumenten mucho más.
Reducción del guidance para 2024 del BPA de un 90%
Otro de los factores que ha provocado que los inversores vendieran BMY ha sido el guidance para los EPS de 2024, dado que después de presentar resultados han rebajado su estimación de $7,10 a $0,40-0,70. El beneficio neto de Q1 2024 fue negativo, pero eso se debe a gastos asociados a la adquisición de Karuna, precisamente lo que provoca unos beneficios estimados tan malos.
Óbviamente no estoy contento con esto, pero no me parece del todo adecuado basar una decisión de este calibre en algo que, en esencia, manipula los resultados de la compañía. Este tipo de empresas basan gran parte de su crecimiento en adquisiciones, con lo cual lo que yo quiero saber es como la adquisición de Karuna afectará los beneficios de la compañía.
Lo primero es lo primero, ¿sigue Bristol-Myers creciendo?
Sin contar el acelerón que pegaron las ventas con la adquisición de Celgene, el incremento de ingresos es de un 1,4% los últimos 4 años. Los EPS no lo sé dado que fue negativo en 2020. No es, que digamos, un crecimiento destacable.
¿Cómo se comportan sus medicinas?
Eliquis y Revlimed eran hasta hace poco sus medicinas estrella. Sus patentes vencieron en 2022 (solo Europa) y 2022 respectivamente, con lo que su demanda está disminuyendo. Para entender la magnitud, Revlimid supuso el 28% de las ventas de 2020 y solo un 13% del Q1 2024. Por ahora Eliquis sigue creciendo muy bien, hasta 2026 cuando venza definitivamente la patente.
Por ahora, dejando de lado Eliquis, con $3,7b en ingresos, Opdivo es su producto estrella en cuanto ingresos.
Esta medicina es para tratamientos de distintos tipos de cáncer, y vence en 2028 en USA y 2030 en Europa. Este Q1 2024 se han reducido sus ventas un 6%, si bien este dato lo quiero ver para el año entero. El año pasado incrementó un 8% respecto el anterior.
El total de las ventas ha subido un 5% YoY, y es que sus otros productos se comportan bastante bien.
En cuanto la adquisición de Karuna, no he encontrado cuánto espera crecer la empresa en este sentido. Sí que se han adquirido los derechos para un medicamento que en septiembre se sabrá si supera la aprobación final; KarXT. Este es un tratamiento pionero para la ezquizofrenia y la psicosis para enfermos de Alzheimer, así como para otras indicaciones neuropsiquiátricas y neurodegenerativas.
Se trata de un medicamento con un potencial de ventas muy elevadas, pero cabe la posibilidad que no se apruebe. La tasa aproximada de aprobación en esta fase final es de un 25-30%, lo que no es tan elevada para una adquisición de este calibre. Aquí, tenemos un salto de fe de Bristol-Myers o han realizado tantas pruebas que no tienen dudas de su aprobación. En todo caso, hay muchas posibilidades que este medicamento no se apruebe para su comercialización.
En total, BMY tiene este año en la misma fase final que KarXT, 7 medicamentos en total. Y cada año lo mismo. Así es como funcionan las cosas con las farmacéuticas y o puede salir bien, o mal, pero no se tienen todos los huevos en la misma cesta.
Los analistas parecen no tenerlo claro, pero mientras las estimaciones de ingresos hasta 2026 son planas, las de EPS son, exceptuando 2024, muy buenas, con unos EPS en 2025 y 2026 de $5,2 y $5,4 respectivamente; $1,5 que 2023.
Yo entiendo que estas empresas son así. Recuerdo que Abbvie estaba en peor situación financiera hace unos años y mirad ahora como va. No estoy justificando la empresa ni nada, pero el tema es dilucidar es si la empresa está en riesgo, o no. Cuando una empresa cae como BMY es cuando hay que plantearse si entrar o salir, y debemos entender que en el negocio farmacéutico esta situación puede pasar.
El flujo de caja de Bristol-Myers Squibb
El flujo de caja de Bristol-Myers es una de las claves del negocio. De nada nos sirven unos ingresos y ganancias crecientes si el flujo de caja no las acompaña, Pero, algunas veces, si las ventas no son demasiado crecientes y las ganancias tampoco, pero el flujo de caja sí, o nos da un gran margen de seguridad, tenemos un paradigma totalmente diferente en situaciones como esta.
El FC Operativo y FCF aumentan un 18 y 17% anual 10Y, y lo más importante es que incluido 2020 se ha generado más de $12b al año en FCF y la tendencia es seguir aumentando. Este es un gran margen de seguridad para los inversores, porque proporciona, valga la redundancia, mucho margen de maniobra en caso de contratiempos.
Mientras BMY requiere mucha inversión en I+D, los gastos de capital no son ni por asomo comparables.
La empresa, por tanto, dispone de +$12b para repartir entre dividendos (unos $5b) y los demás menesteres, con lo que es altamente improbable una debacle. Que puede pasar, sí, ya vimos a Leggett & Platt, pero aquí estamos determinando si la cotización actual de Bristol-Myers Squibb está castigada acorde a los fundamentales y si el dividendo corre peligro.
Evolución del dividendo de Bristol-Myers y estimaciones
Sin la rentabilidad del dividendo del 5,6% sería algo difícil seguir en la empresa. Precisamente porque la inversión en dividendos es menos exigente que una de growth o value es que me planteo esta pregunta.
Si creemos que el dividendo de Bristol-Myers está a salvo, no es menos importante tener en cuenta su crecimiento. Lo que está claro es que con la rentabilidad actual, sin embargo, no es tan negativo no aumentarlo a doble dígito mientras no se pueda.
Bristol-Myers Squibb tiene un historial bastante bueno con él; de 53 años ininterrumpidos repartiendo y 17 de aumentos. Al ritmo actual de crecimiento, un 5,3% anual, no me parece mal del todo, sobretodo teniendo en cuenta también la adquisición de 2019.
Con todo, está por debajo del Chowder Number de 12 que nos gusta, pero en este caso también tengo en cuenta la revalorización de su cotización.
Es por todo eso que he decidido no vender ni holdear. Esta inversión es riesgosa pero soy más optimista con la empresa de lo que refleja la cotización, de manera que por lo pronto voy a seguir dentro de la empresa, sobretodo porque mi precio medio es cercano al actual y el dividendo de Bristol-Myers es bastante alto, además de estar muy bien cubierto.
Óbviamente esto no es una recomendación de nada, y es que soy un inversor particular que, además, está aprendiendo, así que este blog en ningún caso se escribe con el propósito de sentar cátedra.
De hecho, como siempre digo me gustaría poder debatir esta opinión.